La tristeza

La tristeza, una de las seis emociones básicas del ser humano junto con el miedo, la ira, el asco, la felicidad y la sorpresa. Es una clase de dolor emocional afectivo provocado por un decaimiento espiritual y expresado a menudo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito etcétera. A menudo nos sentimos tristes cuando las expectativas no se ven cumplidas, cuando la circunstancia de la vida son más dolorosos que alegre, a nadie le parecerá ajeno este sentimiento en estos duros años de Pandemia y durisimos meses de Volcán en nuestra isla, por ejemplo.

Cuando la tristeza interrumpe nuestras vidas genera un malestar que intentamos eliminar a toda costa, pero la tristeza también conforma un mensaje útil para nuestro equilibrio psíquico.

La emociones son señales informativas que dirigen nuestra conducta en las situaciones que vivimos, nos ayudan a tomar decisiones y adaptarnos a la realidad ya sea positiva o negativa. La tristeza es la emoción que activa el proceso psicológico que nos permite superar perdidas, desilusiones o fracasos y nos permite establecer distancia con las situaciones dolorosas para impulsar la interiorización y cicatrización de dolor generado por ellas, así mismo el sentir tristeza nos ayuda en estar con la tristeza de los otros y así crear redes de apoyo y consuelo. Se puede manifestar en distintas formas y distintos niveles:

· A nivel físico: Retardo psicomotor, rostro abatido…

· A nivel mental: hay una focalización de la atención en la situación problemática y una dificultad para mantener la mente en blanco, problemas de concentración, pensamientos intrusivos sobre la situación a nivel conductual, la persona se encuentra desmotivada para realizar las tareas cotidianas y actividades sociales. Es importante aprender a hacer una correcta gestión de la emoción y esto comienza con la generación de pensamientos alternativos sobre la situación traumática que nos ayuda a encajar en nuestra vida lo que esta ocurriendo, pero acto seguido se produce una reorganización de las conductas que emitimos para adaptarnos a la nueva realidad que nos toca vivir con nuestras perdidas, desilusiones o fracaso.

La tristeza es una emoción útil aunque dolorosa, puesto que es, o debe ser, el punto de arranque del proceso de aceptación de una realidad nueva y no debemos volver patológico lo que nos ocurre sino entenderlo como lo que es, una emoción normal de nuestro organismo que nos predispone al cambio.

¡Pide ayuda, infórmate, asesórate. Entre todos sigamos haciendo de la salud mental una prioridad!