SALUD MENTAL ESPAÑA lleva el debate al teatro con la obra ‘Sacudida’, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, para remover conciencias, derribar los tabús y visibilizar la urgencia de invertir en recursos de prevención. La Confederación alerta del incremento de muertes por suicidio ya antes de la pandemia y urge la inversión en recursos de atención y prevención.
Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, SALUD MENTAL ESPAÑA ha vuelto a visibilizar y reclamar estas necesidades, y lo ha hecho mediante el teatro y llevando al escenario del teatro Alfil de Madrid, la obra ‘Sacudida’, de la mano de la compañía La Rueda Teatro Social y con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Ante las 370 personas, entre el público en sala y por streaming, que asistieron el pasado miércoles 8 de septiembre a la representación, Nel González Zapico, presidente de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, recordó en su discurso de bienvenida, que el suicidio es aún “el elefante en la habitación del que nadie quiere hablar”, a pesar de que es la primera causa de muerte no natural en España, superando en más del doble a los accidentes de tráfico, “y todavía nos quedan por ver los efectos de la pandemia”, añadió.
En este contexto, la Confederación volvió a denunciar la escasez de recursos públicos para la atención a la salud mental y ha reclamado, un año más, la urgencia de contar con un Plan Nacional de Prevención del Suicidio, así como un teléfono de atención de tres cifras, público, gratuito y fácilmente recordable, similar al 016 contra la violencia machista, para atender a las personas que se encuentran mal.
Son dos reivindicaciones a las que la Administración Pública aún no ha dado respuesta, a pesar de llevar años reiterándolas y de la necesidad evidente que tiene la sociedad de contar con estos recursos, especialmente después de la pandemia. Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, en 2019, murieron 3.671 personas por suicidio, un 3,7% más que el año anterior, de las cuales 2.771 fueron hombres y 900, mujeres.
González Zapico apeló a las administraciones públicas a avanzar en la inversión y el desarrollo de recursos para terminar con este problema de salud pública. “Es responsabilidad del Estado poner en marcha todas estas iniciativas de prevención y de atención a las personas cuya vida se encuentra en riesgo. Desde la Confederación llevamos años reclamando medidas para atajar este problema y no dejaremos de hacerlo hasta que sean una realidad”. Se refería con estas palabras a dos de las reivindicaciones históricas y que la Confederación repite incansablemente cada vez que se habla de suicidio: la elaboración de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio y la implantación de un número de teléfono de tres cifras, fácil de recordar, accesible, disponible 24 horas y gratuito, similar al 016 contra la violencia machista, para atender a las personas y familiares que se enfrentan a un momento de crisis.
Al finalizar la obra, se abrió un espacio de diálogo en el que el público asistente tuvo la oportunidad de exponer sus opiniones, experiencias y reivindicaciones, estas últimas centradas, fundamentalmente, en la exigencia de una mejora en la calidad de la atención sanitaria que respete los derechos humanos. “Faltan apoyos para las personas sobrevivientes de suicidio. No tengo dónde acudir. Si voy a urgencias, me maltratan”. Con estas palabras, Marta, una de las asistentes, rompía el hielo y abría el diálogo, en el que numerosas personas quisieron compartir sus experiencias personales, bien como supervivientes, como familiares, e incluso, por parte de integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Todas coincidieron en reclamar “mayor implicación de la sociedad y de las instituciones”, así como medidas para “construir desde la base otra sociedad en la que se escuche más a las personas”.
A la representación asistió también Jesús Martín Blanco, director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, quien avanzó que, desde el Gobierno, ya se está trabajando en un “proyecto muy potente” para la prevención del suicidio y que “va a devolver y a restaurar derechos humanos a las personas con problemas de salud mental”.
Sacudida
El objetivo de esta obra es, en palabras de su director y creador, Fernando Gallego Picón, “acercarnos al interior de alguien que no quiere estar aquí. A su fracaso, y al nuestro. Nos exige lo humanamente posible para prevenir el suicidio, al tiempo que nos reta a posicionarnos frente a la contradicción de asumirlo como parte de la vida”.
‘Sacudida’ es un testimonio teatralizado basado en múltiples casos y experiencias reales y puesto en boca de una joven que ha perdido la esperanza. Es una reflexión lúcida, profunda y honesta sobre el suicidio y su relación con la familia, la moral, la política, la religión y los medios de comunicación. Un soliloquio que busca la confrontación con un público que se ve en la tesitura de posicionarse frente a los dilemas que plantea la protagonista.
‘Sacudida’ no se sitúa en contra del suicidio, se autoproclama a favor de una vida que busque apoyos y comprensión frente al sufrimiento; de una vida que se haga responsable del dolor que genera; de una vida que combata la explotación, el abuso, y tantas y tantas formas de dominación social, económica y cultural; y de una vida que pueda acoger, por extraño que parezca, la propia desesperanza como parte indisociable de ella misma.